11 nov 2012

Mucho más una bendición que un donativo...




Hace unos días vino al negocio mi primo el que regala chiclosos con un amigo; ambos son un poco mochos, bueno un poco más que un poco... mejor dicho son súper mochos. Venían un poco desesperados porque estaban buscando recursos para un festival cristiano que estaban organizando y les faltaba una lana para solventar todos los gastos; les quedaban muy pocos días para conseguirlo.

En medio del choro mareador que me estaban tirando les pregunté ¿Cuál es el sentido de fondo de todo ese trabajo? Sin pensarlo demasiado me dijeron... Evangelizar, hay tantos jóvenes que están perdidos que hay que hacer algo para jalarlos al camino de Dios. Sorprendido por la respuesta les dije ¿ Y ustedes recibieron alguna señal del Patrón que les dé autoridad para andar recogiendo ovejas perdidas ? ¿ Qué no todos los caminos que existen, los de la virtud o el pecado, no son otra cosa que las diferentes veredas que tarde o temprano desembocarán en el cielo y por ende con el Patrón? ¿Qué no sería mejor respetar y acompañar en el camino a los seres queridos y a los no tan queridos?

Sorprendidos por mi forma de pensar, pelaban los ojos, seguramente pensando... este güey está medio loco, yo creo que aquí no vamos a obtener nada. Sin embargo continuaron... hemos conseguido la mitad de lo que nos faltaba, nos quedan cuatro días para conseguir la otra mitad.

Definitivamente no creo en la forma de lo que están Ustedes haciendo, sin embargo... Me parece que el fondo tiene un sentido claro de responsabilidad y están preocupados por ayudar a nuestros hermanos. Es por eso, que si los voy a ayudar, pero eso si les advierto... No voy a asistir a su festival religioso!!!

Y con una actitud que nunca he de olvidar, el amigo de mi primo me dijo... Más allá de nuestras diferencias de pensamiento, está la forma de compartir, y por ello te bendigo... bendigo a tu negocio y las cosas que están cerca de ti, que el Señor te siga dando y te llene de bendiciones. Tantas cosas me dijo, que de verdad les digo que me cimbró completamente, a tal grado, que con la energía de la bendición derramándose sobre mi, tuve que detenerlo y le dije; por favor para, no es necesario que hagas eso, es más, creo que ni soy digno de una bendición como la que me acabadas de dar.

En la reflexión del amanecer del día siguiente, platicando con la almohada... Me quedé pensando en que; independientemente de nuestro grado de libertad o de paz, de luz o de obscuridad, realmente todos somos dignos de una bendición y cuando alguien nos bendiga, no debemos detenerlo, puesto que es como una petición de alguien frente al Patrón por tu bien y el de las cosas que están cerca de ti. O como dice mi gorda, no es que alguien le pida al Patrón por ti, es el Patrón que a través de alguien te derrama sus bendiciones.

Por eso todos deberíamos de aprender a bendecir como el amigo de mi primo, con las palabras llenas de congruencia, tal vez si hiciéramos eso el camino sería más simple. Si tuviéramos la capacidad de bendecir lo que está a nuestro alrededor; a nuestra familia, a nuestros amigos, a nuestros enemigos, a todas las cosas que nos pasan; las alegrías, los logros, los problemas, la tristeza, las conquistas o las pérdidas. Somos tan frágiles que sí caminamos con las bendiciones, sin duda el sendero estará mucho más iluminado.

Por ello, hoy quiero ciberbendecir - que me imagino que es igual que la otra, sólo que esta es digital - a todos los que comparten este espacio, con esta bellísima petición al Jefeee...

" Que la tierra se vaya haciendo camino ante tus pasos,
que el viento sople siempre a tus espaldas,
que el sol brille cálido sobre tu cara,
que la lluvia caiga suavemente sobre tus campos y,
hasta tanto volvamos a encontrarnos,
que Señor te lleve en la palma de su mano ”