28 oct 2009

El Instituto México…que regalo!!!


Recordando con mis hermanos los tiempos del Instituto México donde estudiamos la primaria y secundaria, a cada momento, con cualquier anécdota nos remontamos al lugar como si estuviéramos cursando en ella e invariablemente la alegría toma nuestros corazones y reímos como si esto todavía fuera parte de nuestro presente.

Nunca nos falto un pretexto para jugar en las mañanas, en el recreo o por la tarde, un buen partido de lo que fuera, lo que estuviera de moda; futbol, basquetbol, futbol americano, canicas, hoyos. Podíamos jugar cualquier cosa con quien estuviera, futbol con todo el salón o unas canicas con tres o cuatro. Era tan divertido que casi siempre la falta de luz nos avisaba que era el momento de regresar a casa.

Cuando cursábamos el cuarto grado de primaria, en alguna de las fiestas de la escuela, conocimos a la hermana de un compañero, una niña morena con unos ojos verdes tan hermosos que irremediablemente todo el salón se enamoro de ella, bueno…el salón y todos los miembros del club – mocosos de quinto y sexto año –estábamos perdidamente enamorados. Estábamos tan enamorados que todos los viernes en nuestra reunión semanal del club, nos peleábamos el teléfono para marcarle y expresarle nuestro amor; era divertidísimo ver como nuestro amor y valentía sólo alcanzaba para marcar su teléfono y colgar completamente petrificados al escuchar su voz. Por esta razón, todos sin excepción aprendimos a amarla en silencio de la mano de nuestra cobardía infantil, sorprendidos por el descubrimiento de tanta belleza!!!




En la secundaría las cosas fueron diferentes, para ese entonces ya habíamos aprendido muchísimas más cosas de las mujeres; ya teníamos una colección completa de revistas con viejas encueradas – como les decíamos – y habíamos descubierto una peluquería donde vendían revistas un poco peor que las anteriores. Por supuesto, que todo esto me llevo al lucrativo negocio de este tipo de revistas con un amigo que hasta la fecha sigue siendo mi socio; no sé porqué… si sólo me ha traído problemas!!!. Quiero decirles que nunca tuvo éxito nuestro negocio, porque aunque todos nuestros compañeros querían nuestros productos, ninguno tenía dinero suficiente para pagar la mercancía. Tuvimos que cerrar el negocio y buscar nuevas oportunidades.

A raíz de que algunos compañeros y yo no éramos muy aplicados, en segundo de secundaria surgió la oportunidad de conseguir algunos exámenes finales en una escuela de muy mala fama, lo cual nos puso en una condición envidiable. Tuvimos más de un mes para resolver los exámenes que habíamos conseguido; estábamos preparados para los exámenes ordinarios y tendríamos un merecido descanso en las vacaciones. El pequeño problema fue que al llegar al examen… nos conmovimos al ver la cara de angustia de nuestros compañeros y les pasamos las respuestas a todos; obviamente con la recomendación de que fueran mesurados y pusieran algunas respuestas incorrectas para despistar al enemigo. Está por demás decir que todos sacamos diez y por lo tanto nos calló la GESTAPO, esto casi le cuesta la secundaría a mi amigo, afortunadamente nunca soltó la sopa y su valentía conmovió tanto al Director que nos perdonó la vida.

En fin,…vivimos tantas travesuras, cosas bellas o conmovedoras; que todos los que pasamos por ahí aprendimos que la vida tiene un sabor alegre. Nos ha quedado el corazón lleno de gratos recuerdos, sonriendo cada vez que la memoria nos lleva a nuestra infancia.

Ya tenemos treinta y tantos años que salimos de secundaria y
tratando de encontrar la mejor herencia que nos dejó nuestra escuela, reflexiono y encuentro que…sin duda la mejor herencia de este lugar mágico es la amistad que promueve entre todos los que por ahí hemos caminado, es como si fuera una fábrica de eslabones de amistad que no puede deshacer ni el tiempo ni las circunstancias, una fábrica que siempre ha sabido que uno de los valores más grandes de este mundo es la amistad. Por eso siempre digo:

El Instituto México… que regalo!!!

25 oct 2009

Siddartha

Por Jorge Gasca

Oyó hablar de un viejo barquero que vivía junto al río, a la distancia de una jornada, y que era considerado como un sabio. Cuando llegó el día en que tuvo que continuar su camino, Govinda eligió el camino en dirección a la barca, ya que deseaba conocer a aquel barquero. Pues, a pesar de que él había vivido toda su existencia según las
reglas, y aunque los monjes jóvenes le respetaban por su edad y modestia, dentro de su corazón no se había apagado la llama de la inquietud y la búsqueda.

Llegó al río, rogó al viejo que le llevara al otro lado, y cuando bajaron de la barca, declaró:

-Mucho bien nos has hecho a nosotros, los monjes y peregrinos, ya que a la mayoría nos cruzaste por este río. ¿No eres tú también, barquero, uno de los que buscan el camino de la verdad?

Los ojos viejos de Siddharta sonrieron al contestar:

-Te encuentras también tú entre los que buscan, venerable? Mas, ¿no tienes ya muchos años yllevas el hábito de los monjes de Gotama?"-

Aunque soy viejo -repuso Govinda-, no he dejado de buscar. Jamás dejaré de hacerlo: éseparece ser mi destino. Y creo que tú también has buscado. ¿Quieres darme un consejo, venerable?

Siddharta declaró:

-¿Qué podría decirte, venerable? Quizá que has buscado demasiado. Que de tanto buscar, no tienes ocasión para encontrar.

-¿Cómo es eso? -preguntó Govinda.

-Cuando alguien busca -continuó Siddharta-, fácilmente puede ocurrir que su ojo sólo se fije en lo que busca; pero como no lo halla, tampoco deja entrar en su ser otra cosa, ya que únicamente piensa en lo que busca, tiene un fin y está obsesionado con esa meta. Buscar significa tener un objetivo. Encontrar, sin embargo, significa estar libre, abierto, no necesitar ningún fin. Tú, venerable, quizás eres realmente uno que busca, pues persiguiendo tu objetivo, no ves muchas cosas que están a la vista.

Siddharta, Hermann Hesse





Siddartha película

19 oct 2009

La relación y sus desengaños...


Esta semana me enteré que un amigo cercano está pasando por una situación familiar muy difícil, la relación con su pareja se ha fragmentado, se han soltado la mano y se la han entregado al silencio. Viviendo en el mismo lugar han decidido vivir separados, atrapados entre el dolor de no poder ser felices y las ganas de salir corriendo.

La situación económica ha sido un factor determinante en el desgaste de la relación, tanto que les ha ido desbastando el corazón hasta dejarlo desnudo, sensible a cualquier cosa: una palabra, una actitud, un silencio, un tú. Ha quedado el corazón tan sensible que ya no pueden estar cerca el uno del otro si no es a través de los hijos, lo único que más allá de su lastimado espíritu les permite estar cerca, aunque sea sólo un poco.

¿Qué hubiera pasado si la vida les hubiera sonreído con el dinero? ¿si no hubieran tenido que beber el trago amargo de las privaciones? ¿qué camino hubieran seguido con su relación? Seguramente los malos tiempos hubieran sido mejores, tendrían aun la tolerancia en la piel y estarían dispuestos a perdonar las pequeñas cosas del otro, que ahora por la miopía del desamor se ven tan grandes. Creo que hubieran podido caminar sin grandes problemas.

Yo les diría,...si más allá del dolor del correr de los años te pudieras sentar solo con tu alma, dejando por un momento a tu pareja, a tus hijos, el dinero y sus consecuencias... y visualizaras un escenario donde pudieras vivir en paz, donde el trabajo te diera para vivir el presente y un poco más, donde la vida fuera mucho más simple de lo que hasta ahora ha sido... ¿qué harías? ¿romperías con tu pareja? ¿buscarías nuevos horizontes? o ¿seguirías caminando con la familia?

Si acaso decidieras seguir caminando con la familia, no tengo duda de que este momento difícil tiene solución. Es necesario dejar de lado el pasado y juntos salir al encuentro de los problemas de dinero, sin reproches, con toda la pasión por delante pidiéndole al jefe:

"Señor ya hice todo lo que a mi alcance estaba y no he podido resolverlo, dame una mano y con ella estoy seguro saldremos adelante"

Sin embargo, si en el silencio encuentras que la relación ya no da para más, entonces tal vez sea el momento de ir al encuentro de nuevos horizontes para alcanzar la paz y la tranquilidad. No es necesario que se lastimen más como pareja, es el tiempo de hablar y, sin rencores ni culpas, perdonar el pasado y empezar de nuevo. Es tiempo para agradecer la vida compartida y para despedirse con una bella canción...


9 oct 2009

¿ Ciudad o Pueblo ?



por Luis Israel Gasca

Siempre que he vivido en otras ciudades del mundo me he preguntado ¿en qué momento un pueblo se convierte en una ciudad? ¿Porqué Toluca es tan diferente de Toronto, Barcelona, Paris o Marsella, cuando la cantidad de habitantes en cada una de estas ciudades es similar?

Me di cuenta que el número de habitantes tiene poco que ver y son muchos otros factores los que transforman a un pueblo en una ciudad.

El nivel de cultura de una ciudad es mucho más alto, ya que cuenta con museos, exposiciones, conciertos y más. En el pueblo el entretenimiento se basa en el alcohol, no es que le esté dando la espalda a la copa pero hay que admitir que no existe punto de comparación entre los espectaculares, potentes y coloridos chorros de agua que expulsa la fuente mágica de Barcelona con el igual potente sonoro y desagradable vomito del refinado personaje que tomó de más en el antro.



Una ciudad está repleta de personas con diferentes orígenes, por lo que las etiquetas “naco” y “fresa” parecen casi desaparecer ya que la manera de vestir o de actuar no es más que un reflejo de la cultura y personalidad no de un estatus social. Aunque toda esta libertad crea personajes extremos como el famoso “naked man” (algún día hablaré de él, pero aqui esta el video para que disfruten de su belleza)

Otra gran diferencia son los rumores, en el pueblo hay una extensa de red de rumores de la cual todos los habitantes son participes. En la ciudad a nadie le importa quién eres, de dónde vienes y que haces. Así que cuando visiten una discoteca o un bar en alguna ciudad olvídense de que conocen a “Jimmy” porque de nada les va a servir.

Estos factores hacen que una ciudad sea un lugar libre, donde el miedo a que pensarán o que dirán los demás desaparece. Transformemos nuestra actitud hacia los demás y comencemos a cambiar nuestros pueblos en ciudades.

3 oct 2009

Cien años... con las manos llenas!!!



Que trabajo cuesta soltar la lucha cotidiana y en el silencio... dejar que la imaginación aflore y se funda con el papel, permitiéndole al alma salir al encuentro de los recuerdos, esos que muy pocas veces los dejamos salir a la luz, pero que siempre acompañan al corazón. Que trabajo cuesta soltar el lápiz cuando enfrente se tiene a todo un personaje, un quijote del siglo veinte, un héroe de mi niñez y de todos los que crecimos queridos y protegidos por ti.

Estamos celebrando tu centésimo aniversario y no quiero dejar pasar este gran acontecimiento para expresarte todo lo que has significado para toda la familia, es el tiempo de recapitular esta bellísima aventura de tenerte cerca y platicarte aunque sea sólo un poco lo que guardamos en el corazón.

De pronto los recuerdos me llevan a la casa de mis padres y abuelos,... me veo de niño en el patio de la casa jugando los fines de semana con mis hermanos y primos, cada uno con su bicicleta, todos intentando dar la vuelta más rápida, pero sobre todo, esperando nuestro turno para que le dieras una ajustada a los engranes o a la cadena de nuestras bicis. Convertías nuestras bicis en verdaderas máquinas de velocidad con tan sólo una llave española, o tal vez, con la magia del cariño que nos regalabas; te ganaste el corazón de todos los niños de la familia.

Y los Domingos, los esperados Domingos los hiciste tan especiales con el billete de a peso que nos regalabas religiosamente, nos alcanzaba tan sólo para comprar dos gansitos o un chicharrón en la alameda, pero los cuidábamos como nuestro gran tesoro. Cuando por alguna razón no podías venir con tu familia, los fines de semana se volvían interminables, en nuestra niñez nuestras familias se fundieron en una sola y en muy buena medida esto se debió a ti.

Ahora,...ha pasado el tiempo y nos hemos vuelto un poco viejos, pero por lo que nunca paso el tiempo es por el amor que siempre le has tenido a mi tía, la cuidas con tanta dulzura que su amor está a flor de piel,
son un ejemplo para todos los que los hemos visto caminar todo tiempo como el día que te enamoraste de ella; de la mano, juntos y felices.

Siempre has vivido de una manera sencilla, dándole valor a las cosas verdaderamente importantes; una caminata, un periódico o un buen partido de beisbol vale mucho más la pena que complicar la vida con trivialidades o cosas superfluas. Me da la impresión de que siempre has sabido el secreto y has decido llevar tu vida por ese sendero, cosechando lo simple, siempre con las manos llenas.

¡¡¡Feliz Cumpleaños Padrino!!!