14 nov 2010

El miedo y la soberbia son hermanos... disfrazados


Cuando escribí " Los dejo en buenas manos ", el último párrafo se me perdió entre la tinta y el ruido... y no tuve más remedio que escribir algo provisional. Finalmente apareció entre el sueño y la consciencia, entre la almohada y el frío de la mañana...

Siempre mira de frente todo lo que hay a tu alrededor, tal vez esa sea la solución para volver a hacer este mundo sustentable. El Universo fue creado por el Patrón sin preferencias por nada ni por nadie; esa es la razón por la que todos somos hermanos; lo animal, lo vegetal y lo mineral somos parte de la bendita semejanza que nos une en el Universo; por eso, debes de tratar a todos como hermanos. Mira arriba sólo para contemplar el cielo; ojalá el Patrón se atraviese en tu mirada y tu reflexión. Mira abajo sólo para sentir la tierra y la energía que de ella emana. Y cuando estés contigo, caminando en el silencio… mira tu alma de frente, sin complejos, eres tan grande como todo lo que hay en el Universo!!!

Y ahora, tal vez porque se había perdido, me tiene atrapado, no me deja ir al encuentro de otros párrafos a buscar nuevas reflexiones; y es que nunca había pensado que si todos miráramos de frente a todos, seguramente la mayoría de nuestros grandes problemas, se harían pequeños; no quedaría mucho espacio para la soberbia y el miedo. No tendríamos ningún motivo para pasar sobre otros, ni tampoco habría motivos para dejarnos someter, la igualdad y la consciencia de hermanos reinaría y este mundo de intereses particulares, donde los principales valores se llaman poder y dinero, quedaría suplantado por la hermandad y la confianza.

Cómo podemos resolver el desequilibrio que hemos creado en el mundo, si nuestro corazón esta partido, y muchas veces ni siquiera tenemos consciencia de ello. Cómo podemos remediar el daño que le hemos hecho a la naturaleza, si el alma esta llorando, caminando de la mano del miedo, como si la libertad fuera un castigo; atrapados entre dogmas y promesas que no llevan a otro lugar que no sea la sumisión.

Y los que estamos del otro lado, vamos caminando con el corazón y la soberbia el sendero del poder y el abuso, completamente ciegos e insatisfechos, creyendo que si tenemos más encontraremos la felicidad. Cada vez más solos, cada vez más insatisfechos, cada vez más violentos; como si los demás tuvieran la culpa de nuestra debilidad, de haber bebido la copa de la soberbia.

Sin importar en que lado estemos, hagámonos amigos del silencio y la reflexión, y en el fondo del corazón démonos la oportunidad de soñar sin prejuicios... rompamos con el miedo, la soberbia y todo lo que nos hace vernos como extraños. Dejemos de poner pretextos, encontremos el verdadero fondo del deterioro y salgamos al encuentro de nosotros mismos, para encontrar el camino hacia la paz.

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