9 may 2010

Al encuentro de nuevos caminos



Qué extraño, ahora que tengo el corazón y el alma llenos de energía para escribir la reflexión más convincente, el papel me ha traicionado… ha hecho amistad con la goma, y cada vez que intento que las palabras se fundan con las reflexiones… se burlan de mí, obligándome a detener el lápiz y a retomar las ideas, una y otra vez.

Pero lo que quiero decir hoy, es tan importante para mí, que no tengo más remedio que continuar, aunque sea tropezándome con los pensamientos, para salir al encuentro de las reflexiones; esas que algunas veces nos envuelven con su manto de consciencia, esas que nos ayudan a encontrar el camino.

Casi hemos cumplido doscientos años de que alcanzamos nuestra independencia y nos constituimos como nación, casi hemos cumplido doscientos años que nos unimos y entre palos y picos, cansados del maltrato; salimos al encuentro de nuestra identidad. Sin miedo rompimos con casi trescientos años de vergüenza y alcanzamos la libertad.

Y…quizás este movimiento, este remolino de lucha que se derramo y dio como fruto nuestra Nación, nuestro México, nuestro querido México… nos agotó tanto que no pudimos más, que la consciencia se debilito dejándonos a merced de nuestros miedos; confundiendo nuestra identidad y mestizaje, envueltos en la desconfianza, caminando resentidos. Navegando a la deriva, sin rumbo fijo, siempre con la esperanza de alguien resuelva lo que tenemos que resolver como nación.

Ahora, doscientos años después, sin lugar a dudas ha llegado el tiempo de volver a unirnos como nación; sin palos ni picos, sin líderes que nos confunden y que sólo persiguen su beneficio, dejando atrás la desconfianza. Ha llegado el tiempo de romper con el miedo; ese acuerdo entre cobardía y consciencia que ofrece muy poco. Ha llegado el tiempo de plantar nuevos valores en esta tierra de ensueño, es este el tiempo en que debemos aprender a creer en nosotros; nosotros mismos, nosotros familia, nosotros ciudad, nosotros estado…nosotros nación.

Este es el tiempo de ir al encuentro de nuevos caminos, dejemos de esperar que otros hagan lo que todos tenemos que hacer. El cambio en nuestro país no va a venir por nuestros gobernantes, tampoco va a venir de nuestros empresarios, el cambio tiene que venir de la sociedad civil; no con palos ni picos, ni resentimientos. Hagamos el cambio mirando hacia adelante, trabajando juntos, promoviendo nuevos valores; la confianza, la lealtad, .la honestidad y el amor a la nación.

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