12 abr 2009

" Cuando llega el momento de mudar y regenerarse "



Por Fernando Ramos Mendoza

Hace días leí un artículo muy interesante en el cual explicaban el proceso de regeneración en ciertas partes del cuerpo de un águila, las cuales son fundamentales para poder vivir muchos años más. Estas partes vitales del águila son: el Pico, las garras y las plumas, las cuales, en promedio, después de 40 años se vuelven inútiles para continuar la supervivencia de este ejemplar animal. Cuando llega ese momento, el águila se enfrenta a una temible decisión: Seguir viviendo o dejarse morir.

Cuando el águila se inclina por la primera opción atraviesa por un proceso difícil y doloroso el cual consiste en escoger un lugar apartado que normalmente es el nido de toda su vida para empezar la renovación: El pico, el cual ya ha crecido lo suficiente para volverse inútil, lo golpea contra las rocas provocando su desprendimiento y así esperar la regeneración de uno nuevo, con el cual cortará cada una de sus “uñas” para esperar el nacimiento de unas más fuertes y sanas.

Con sus “nuevas” garras, procede a eliminar lo más posible sus plumas viejas y pesadas, y con ello obtener otras que le permitan emprender altos y largos vuelos como si hubiera vuelto a nacer. Este proceso no debe ser nada sencillo puesto que significa dolor y un tiempo de aproximadamente 5 meses para ésta infatigable ave.

En nuestras vidas, también llega ese momento, el momento de “detenerse” un instante para tomar decisiones difíciles en las cuales debemos “desprendernos” de aquello que no nos permite continuar nuestro camino. Y me refiero a un camino en los muchos sentidos de nuestras vidas. El cambio radical o simplemente la renovación en cualquier aspecto de nuestras vidas siempre nos dará nuevas oportunidades y fe para continuar el duro proceso de nuestra existencia. Dios, al igual que a las águilas, nos da la oportunidad de cambiar, de reflexionar, de pensar y de renovarnos en nuestras vidas para, tal vez no vivir biológicamente muchos años más, pero si, para levantarnos, recuperarnos y vivir en plenitud y felicidad por más tiempo.

Esta penetrante recapacitación es usada mucho en las pláticas religiosas las cuales se basan en la palabra de Dios, Quién en algunos versículos de sus escritos hace una comparación significativa entre este poderoso ser vivo (él águila) y la manera en que los seres humanos debemos aprender a tomar importantes decisiones.

“Pero, los que esperan en el Señor tendrán nuevas fuerzas, levantarán alas como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán” (Isaías 40:31)

“Señor hazme un radical, como el aguila volar, no quiero revolotear, Señor hazme un radical” (Marcos Witt)

2 comentarios:

potenciando dijo...

Gracias por la profunda reflexión, Fernando. Hay momentos en la vida en los que es necesario renovarse; pero el proceso no es agradable, sino doloroso como lo es para el águila que decide regenerar nuevas partes. Un saludos, Enrique Bores

Fernando Ramos dijo...

Enrique, Te agradezco por el tiempo que te has tomado para comentar sobre el artículo. Saludos. Fernando Ramos.